La
presentación del nuevo disco de Marta Tchai fue precioso. No fue la primera vez
que lo escuché. Se hizo una presentación más privada tiempo atrás, donde yo me
hice con el disco nuevo, por lo que llegué a éste con las canciones ya
saboreadas, estudiadas y aprendidas.

Para mí el disco está bañado de mar y de
brisa. De verano y de amores que no se olvidan. De instantes que duran toda la
noche y de soledades en mitad de multitudes. De finales pero también de nuevos
principios. Marta siempre tiñe sus canciones de esperanza. Como esas historias
cotidianas y tristes que siempre tienen un "pero
bonito" y gratificante que te acuna y te seca las lágrimas.
Escuchar a
Marta y a su banda en directo siempre es una delicia y siempre me sabe a poco. Además de
respirarse talento y calidad en todas sus actuaciones, el aroma también es de
calidad humana, de querer trasmitir lo más bonito que crean para que lo
degustemos a sorbos pequeñitos. Como una dulce melodía que te abraza cuando
estás triste o te envalentona cuando quieres comerte el mundo guiñándole un ojo
con picardía al chico que te gusta.
Le auguro
muchos éxitos con este nuevo disco. En azul. Como el cielo que nos envuelve a
todos, el profundo mar que nos acoge en nuestra tristeza o la profundidad en la
que te reflejas en esos ojos que te miran.